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Globalización y cultura

La globalización se puede ver como un proceso el cual por medio de tecnologías (Internet, fax, telefonía, etc) las comunicaciones se agilizan provocando un intercambio de información a escala mundial. Esto provoca la modificación de conductas e identidades características de pueblos determinados. Esto conlleva una homogeneización de las culturas ocasionando la pérdida de identidad siendo solo una “Aldea global” con las mismas costumbres, formas de vestir, etc. Es decir; Todos con la misma cultura.


La cultura autóctona afectada por la influencia de la cultura extranjera por la globalización parece ser una cultura que ha ido perdiendo su identidad y su riqueza. Por ejemplo, la influencia que provocan los Estados unidos al controlar los medios de difusión (Televisión, Cine, etc) hace que la gente imite e integre los objetos y comportamientos a su propia identidad y cultura. La gente se involucra internamente con procesos ajenos a ellos. (Ejemplo: La empatía con mandatarios extranjeros, o el sentimiento de nación con otro país.)




El fenómeno del trabajo humano es por mucho el tema mas reiterado dentro de las narraciones llegadas de los centros que participan en la red de globalización económica y cultura, pues los relatos lo revelan desde varios ángulos distintos, como lo son, empleo y desempleo, migración laboral, condiciones laborales, conocimiento como recurso para generar riqueza, exclusión social y económica del mercado de la que surgen nuevas formas de pobreza, al tiempo que todos estos casos reflejan aspectos negativos de la experiencia globalizadora, ilustran a la vez el profundo sentido cultural del trabajo, ejemplifican como el trabajo es una parte significativa de la vida humana, que permite a la gente mucho mas que tener unos pesos y ganarse la vida, les permite además participar en la sociedad, en su cultura, su economía y en los procesos de toma de decisiones, pues estos aspectos del trabajo, son oportunidades concretas en las que ocurren la participación y el desarrollo humano.


La gente estructura sus economías de acuerdo al sentido y valor particular que da a su trabajo, la economía global de mercado en expansión, con su cultura, afecta la organización del trabajo y desafía a la gente a responder de manera creativa en el nivel local, ejemplo de esto son las actividades de las empresas nacionales y trasnacionales de las agencias gubernamentales y de las instituciones multilaterales que marcan el paso del cambio en las pautas laborales tradicionales, condiciones de trabajo, estilos organizativos, valor social de las diversas ocupaciones y salarios, lo hacen con la introducción de nuevas tecnologías y normas de producción, el progreso tecnológico aumenta la importancia del conocimiento humano y la demanda por trabajo calificado, estas condiciones provocan a su vez una sobre oferta de trabajo no calificado y de ahí el desempleo entre los trabajadores no calificados de los sectores tradicionales, la organización laboral disminuye la importancia del trabajo no calificado en la comunidad y merma la capacidad de participación entre los desempleados, afectando también a las relaciones familiares y tribales, cuestiona la división tradicional del trabajo, principalmente entre hombres y mujeres o reforzando en cambio las divisiones generacionales en los esquemas de conocimiento, gusto y consumo, en consecuencia, la reorganización del trabajo es una de las principales vías por las que la economía global causa impacto en las culturas locales.


La globalización trae consigo una asimilación cultural urbana. La explosión demográfica y el aumento de los jóvenes impactan en la organización familiar, la estructura del trabajo y las diversiones y el ocio.

La globalización es un fenómeno que se experimenta en todo el mundo. Hay malestares e inconformidades tanto en los países pobres como en los ricos. La famosa “competencia internacional” resulta cara, aumenta la inequidad y genera problemas sociales. Es necesario crear normas que no debiliten la autonomía de los estados. También es conveniente formar una ética universal a la que se sometan los mercados mundiales. Tenemos que aprovechar al máximo las ventajas que proporciona la globalización cultural, que acerca a los pueblos y los enriquece, y representa una gran oportunidad para elevar el nivel de vida de las comunidades, y combatir la llamada globalización financiera que hasta el día de hoy se rige sin normas y que responde a intereses particulares y atenta contra la economía de las naciones y de vastas regiones del mundo.

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